jueves, 1 de enero de 2015

España, ¿buena para vivir, mala para trabajar?

La felicidad de trabajar de ocho a tres

 
Una empresa de 9.000 empleados que ha instaurado la jornada intensiva constata su éxito
Martes. Dan las 15.00 en el reloj. Miles de personas empiezan a salir de un edificio en un barrio a las afueras de Madrid. Parece la pausa para comer; en realidad, es la salida del trabajo. No es un día festivo ni un horario especial de Navidad. En esta oficina es lo cotidiano. Ocurre a diario desde 2008. Ese año Iberdrola acordó con su plantilla, unos 9.000 trabajadores, universalizar la jornada intensiva: trabajar de 7.15 a 14.50 con 45 minutos de flexibilidad a la hora de entrar o salir todos los días del año.
 
“La medida podía beneficiar a los trabajadores y era buena para la compañía”, dice Ramón Castresana, director de recursos humanos de la compañía. Seis años después, Castresana, que estuvo al frente de ese cambio, defiende la decisión con cifras: “Hemos mejorado la productividad y ganado más de medio millón de horas de trabajo anuales. Hemos reducido en un 20% el absentismo y un 15% los accidentes laborales”. A pesar de esos números y aunque la empresa cervecera Damm acaba de arrancar un programa semejante, la eléctrica sigue siendo una excepción en España en el sector privado.
 
Artículo de El País: Pablo León  26 DIC 2014 - 18:47 CET.

Más información en:
http://politica.elpais.com/politica/2014/12/26/actualidad/1419616033_794119.HTML
Imagen: Pixabay

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